Desde hace ya cinco meses el espacio de Kairós ha cobijado
actividades, ha dado luz a proyectos, y ha llevado a cabo actos que animan una
universidad que costeamos, con tasas cada vez más altas, y en la que no tenemos
ningún tipo de poder de decisión.
La UAM es cada vez más un espacio de aborregamiento en el que no caben
pensamientos alternativos, en el que temarios, estrictos y obsoletos, son
vertidos a los alumnos para que estos hagan lo mismo en los exámenes. En ella, ya nada pertenece a los estudiantes,
los servicios están completamente privatizados y los órganos de decisión
completamente amañados.
Kairós no ha sido únicamente un foco de resistencia, sino que es
el empoderamiento de los estudiantes, es el ejemplo de la autoorganización
dentro de la universidad. Rodeados de un sistema educativo que nos enseña el
arte de la competición, Kairós ha abierto hueco a la cooperación y el
aprendizaje colectivo. Es el comienzo de una universidad libre.
Pero, obviamente, en la universidad que debería ser de todos, no
hay espacio para todos y el desalojo de Kairós se acerca peligrosamente. No
podemos permitir que el Rectorado convierta en aulas llenas de gente, pero
vacías de pensamiento crítico lo que forma ya parte de todas nosotras.
Desde la Asociación de Estudiantes de Derecho apoyaremos
enérgicamente a nuestros compañeros de Kairós. Porque
todas luchamos por una educación gratuita y de calidad.
KAIRÓS
SE QUEDA. UN DESALOJO, OTRA OCUPACIÓN.
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