13 ago 2012

AED MUESTRA SU APOYO A LAS ACCIONES LLEVADAS A CABO ESTOS ÚLTIMOS MESES POR EL SAT




Las revoluciones son hijas de los estómagos hambrientos. La pobreza puede ser un factor decadente para la sociedad, el hambre es un factor destructivo. El hambre es lo que puede conseguir que un trabajador salga de su casa empuñando un arma dispuesto a atracar, y dar así con sus huesos en prisión en el mejor de los casos, o en las tierras de un cementerio en el mas trágico. Estas situaciones parecen sacadas del siglo XIX o de los albores del XX, pero parece una paradoja que en un estado presuntamente democrático en el siglo XXI, como es el español, estemos asintiendo a una situación donde trabajadores y trabajadoras ven como sus derechos se han mermado notablemente y familias enteras se están viendo condenadas a la miseria mientras las grandes empresas y los grandes bancos siguen obteniendo beneficio condenando al desamparo a una gran parte de la población  Ante esto, el ayudar a personas en situación de necesidad mediante la expropiación a grandes empresas como son Mercadona y Carrefour, las cuales se lucran explotando a trabajadores en condiciones precarias, en ningún caso debe considerarse un robo sino un acto de justicia social. No se puede utilizar la ley arbitrariamente, si a los militantes del SAT se les tacha como delincuentes debería tratarse como tal a aquellos que se lucran del trabajo asalariado, a aquellos que no tienen escrúpulos en desahuciar a las familias de sus casa, a aquellos que financian con fondos públicos a la banca o a los que roban sin piedad en las arcas publicas. ¿Por qué no se mide con el mismo rasero?. Porque las leyes están hechas para proteger a los ricos, sus intereses y sus propiedades, mientras los desposeídos se encuentran sin amparo material ni legal.

Es por eso que todas estas acciones son necesarias para concienciar y sensibilizar a la población de que debemos rebelarnos contra la injusticia, porque, de lo contrario, no vamos a conseguir nada. Sólo a través de la lucha podemos conseguir defender los derechos que tan vilmente nos quieren arrebatar. Así pues reivindicamos  la máxima de Enma Goldman cuando explicaba a las trabajadoras en las reuniones de Mujeres Libres durante la revolución española que debían pedir trabajo, y que si no se les daba trabajo, debían pedir pan, y que si esto tampoco les era entregado, debían, entonces, cogerlo.

Por todo eso, desde la Asociación de Estudiantes de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid queremos apoyar al Sindicato Andaluz de Trabajadores, no solo por la expropiación de los supermercados sino por su trayectoria de lucha y por la ocupación de la finca de Somonte y la desalojada recientemente finca de Las Turquillas. Ojalá existieran más organizaciones con esta conciencia y este compromiso social.

Nuestro modesto gesto de solidaridad no hace otra cosa que evidenciar que el SAT se ha convertido en una organización de referencia. Por eso desde Madrid queremos mostrar nuestro mas sincero apoyo a los compañeros que han sido detenidos, y pedimos su absolución, así como condenamos el desalojo de la finca de las Turquillas. Mostramos nuestra ayuda como estudiantes de derecho que próximamente tendremos que lidiar con leyes injustas que atacan a los trabajadores, pero en este marco legal nocivo siempre estaremos al servicio de la clase obrera, esperando que entre todos construyamos otras leyes, otro mundo fuera del capitalismo.


¡LA TIERRA PARA QUIÉN LA TRABAJA!

¡ABSOLUCIÓN DETENIDOS DEL SAT!

¡OBREROS Y ESTUDIANTES UNIDOS Y ADELANTE!

Las revoluciones son hijas de los estómagos hambrientos. La pobreza puede ser un factor decadente para una sociedad, el hambre es un factor destructivo. El hambre es lo que puede conseguir que un trabajador parado salga de su casa empuñando un arma dispuesto a atracar, y dar así con sus huesos en prisión en el mejor de los casos, o en las tierras de un cementerio en  el más trágico. Estas situaciones parecen sacadas del siglo XIX o de los albores del siglo XX, pero parece una paradoja que en un Estado presuntamente democrático en pleno siglo XXI, como es el español, estemos asistiendo a una situación donde trabajadores y trabajadoras ven cómo sus derechos se han mermado notablemente y familias enteras se están viendo condenadas a la miseria mientras las grandes empresas y los grandes bancos siguen obteniendo beneficio condenando al desamparo a una gran parte de la población. Ante esto, el ayudar a personas en situación de necesidad mediante la expropiación a grandes empresas como son Mercadona y Carrefour, las cuales se lucran explotando a trabajadores en condiciones precarias, en ningún caso puede considerarse un robo sino un acto de justicia social. No se puede utilizar la ley arbitrariamente, si a los militantes del SAT se les tacha de delincuentes, debería tratarse como tal a aquellos que se lucran del trabajo asalariado, a aquellos que no tienen escrúpulos en desahuciar a las familias de sus casas, a aquellos que financian con fondos públicos a la banca o a los que roban sin piedad en las arcas públicas. ¿Por qué no se mide con el mismo rasero? Porque las leyes están hechas para proteger a los ricos, sus intereses y las de sus propiedades mientras los desposeídos se encuentran sin amparo material ni legal.
Es por eso que todas estas acciones son necesarias para concienciar y sensibilizar a la población de que debemos rebelarnos contra las injusticias, porque, de lo contrario, no vamos a conseguir nada. Sólo a través de la lucha podemos conseguir defender los derechos que tan vilmente nos quieren arrebatar. Así pues reivindicamos la máxima de Emma Goldman cuando explicaba a las trabajadoras en las reuniones de Mujeres Libres durante la revolución española que debían pedir trabajo, y que si no se les daba trabajo, que debían pedir pan, y que si esto tampoco les era entregado, debían, entonces, cogerlo.
Por todo eso, desde la Asociación de Estudiantes de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid queremos apoyar al Sindicato Andaluz de Trabajadores, no sólo por la expropiación de los supermercados, sino por su trayectoria de lucha y por la ocupación de la finca de Somonte y la desalojada recientemente finca de las Turquillas. Ojalá existieran más organizaciones con esta conciencia y este compromiso social. 
Nuestro modesto gesto de solidaridad no hace otra cosa que evidenciar que el SAT se ha convertido en una organización de referencia. Por eso desde Madrid queremos mostrar nuestro más sincero apoyo a los compañeros que han sido detenidos y pedimos su absolución, así como condenamos el desalojo de la finca de las Turquillas. Mostramos nuestra ayuda como estudiantes de derecho que próximamente tendremos que lidiar con leyes injustas que atacan a los trabajadores, pero en este marco legal nocivo siempre estaremos al servicio de la clase obrera, esperando que entre todos construyamos otras leyes, otro mundo fuera del capitalismo.

¡LA TIERRA PARA QUIEN LA TRABAJA!
¡ABSOLUCIÓN DETENIDOS DEL SAT!
¡OBREROS Y ESTUDIANTES UNIDOS ADELANTE!